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SAN LUIS

Trabajadores estatales, beneficiarios del Plan y maestros volvieron a quedar por debajo de la línea de pobreza

Los nuevos datos de Indec arrojaron que una familia de cuatro integrantes necesitó en mayo casi $100 mil para superar el umbral. Ninguno de los sectores obtuvo ingresos superiores. Rodríguez Saá anunció una suba extra del 14% a partir de julio.

La suba interanual de la Canasta Básica Total (CBT) fue del 54,66%.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 27/06/2022 22:33

El martes 21 el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) mostró el acuciante panorama que viven miles de familias en el país, de la cual los sanluiseños no están ajenos. Marcó, que una familia requirió $99.676,85 para no ser pobre y $44.498,60 para no caer en la indigencia.

Dos días después, el gobernador Alberto Rodíguez Saá anunció un aumento adicional del 14% a los empleados públicos a pagarse con los haberes de julio, medida que esquivará el aguinaldo.

Del 46% de incremento dispuesto en el inicio del año, hasta ahora impactó en el bolsillo el primer tramo. La secuencia salarial fue la siguiente: 16% en marzo y un 10% en junio, septiembre y diciembre.

De ese modo a fin de año completarán un 60%.

Las cifras del Indec volvieron a marcar la realidad que afecta a trabajadores estatales, maestros que recién comienzan a trabajar y beneficiarios de planes sociales en San Luis.

Los dos primeros sectores, fueron considerados pobres durante el quinto mes del año, mientras que los últimos cayeron en la indigencia nuevamente.

Esto se desprende de los sueldos que perciben y que fueron informados a comienzos de año por el Gobierno provincial en relación a cómo iban a evolucionar durante 2022 con los aumentos dispuestos.

La Canasta Básica Total (CBT) incluye alimentos y servicios para la subsistencia del grupo familiar en un mes y a partir de ella se determina lo básico para no ser considerados pobres.

Por otro lado, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), está compuesta por comida para satisfacer las necesidades mínimas en un mes y determina las situaciones de indigencia.

El primer caso se da en los trabajadores públicos que forman parte de las categorías más bajas y a su vez son la mayoría de los estatales.

Los que forman parte de la clase E percibieron en mayo haberes por $76.529,52, es decir, un 24% menos de lo necesario para no estar en condiciones de pobreza.

Para quienes pertenecen a la categoría F, el panorama fue más preocupante porque sus sueldos, con el incremento que recibieron en marzo, llegó a los $61.198,65. Para estos fue un 39% menos de lo básico requerido en alimentos y servicios.

En ambos casos, si el grupo familiar tiene un solo ingreso de este tipo se quedaron por debajo del umbral de los casi $100 mil. Si existen dos fuentes de empleo logran superarlo.

Otro de los sectores afectados es el de la docencia, puntualmente los maestros de grado sin antigüedad que perciben los salarios mininos.

El caso es similar a los trabajadores de la categoría E porque cobran $76.529,45. Si ese es el único sustento del grupo familiar en mayo no lograron adquirir lo básico.

Por su lado, los trabajadores del Plan de Inclusión Social, ni siquiera lograr pasar la línea de la indigencia que el mes pasado fue fijada en $44.498,60.

En ese periodo, los beneficiarios percibieron $25.200, esto es, casi la mitad de lo fundamental para subsistir. Incluso, un grupo familiar necesitó contar con cuatro planes sociales para no ser pobre.

Más grave aún es para los que pertenecen a “Jóvenes Lideres” o las becas “22AG”. La retribución que les otorga el Gobierno es de $21.100 y $10.200.

La realidad de estos últimos ejemplos es otra evidencia de las condiciones economías en las que se encuentran: se requirieron tres o cinco aportes de estos tipos para no caer debajo de la barrera de la indigencia.

 

 

 

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